jueves, 5 de marzo de 2015

Cristo atado a la columna

Curiosa la información que, una vez más, nos facilita Nacho Cotobal relativa, en este caso, a una de las joyas del patrimonio albenses: el Cristo atado a la columna, magnífica obra renacentista atribuida primeramente a Luis de Morales, “El Divino”, y que hoy los estudiosos se dividen en atribuir a Vicente Macip o incluso al hijo de éste, Juan de Juanes.

Se trata, como bien sabemos, de un óleo sobre tabla, ya recogido por Gómez Moreno en su Catálogo Monumental de España que «representa a Cristo atado a la columna, de tamaño natural; su cabeza descubre nobilísima corrección y belleza; encima tiene un sutil nimbo, la actitud del cuerpo es original y feliz, la entonación de las carnes, pálida y algo verdosa, con mucho rigor de claroscuro; fondo negro; columna, jaspeada; sudario y manos con cierta sequedad y dureza; factura esmeradísima…» y que podemos admirar en la iglesia de San Juan y…, también, en:

La portada del disco “Música sacra en la época de Carlos V”, CD editado en 2000 por el sello CLARA, producido por Audiovisuals de Sarrià S.L. y Music & Productions Network S.L., interpretado por la agrupación especializada en música antigua Capilla Príncipe de Viana, dirigida por Ángel Recasens, y grabado en Gante (Bélgica), que incluye obras sacras de Thomas Crecquillon, Adriaan Willaert, Juan de Anchieta, Cristóbal de Morales, Melchor Robledo, Benedictus Ducis, Lupus Hellinck y Roland de Lassus.

El Museo de Arte Contemporáneo de Madrid en el que, tras su apertura el pasado 3 de febrero, se recrea el despacho del escritor vanguardista Ramón Gómez de la Serna de quien el blog Maquinaria de la Nube nos cuenta como «a lo largo de su vida Ramón habitó varios inmuebles, pero su despacho, su torreón, su habitación para retirarse a jugar/escribir, se mantuvo en continua construcción, y, a pesar de los traslados, con una conformación muy similar. Al torreón de Ramón arribaban todos los objetos –dispares, excéntricos siempre– que el escritor adquiría regularmente en el Rastro: figuritas de porcelana, muñecos de trapo, faroles, ceniceros, pisapapeles, canicas, plumas, lámparas de todas clases, relojes, espejos de formas únicas y caprichosas, carteles… El resultado era un gabinete atestado, barroco y cubista, donde hasta Georges Perec languidecería en el intento de hacer un inventario. Pero sobre todo, el torreón de Ramón era –es–una acumulación ad nauseam de fotografías y más fotografías pegadas a las paredes, hasta forrar por completo toda la superficie del despacho.» y a quien, le dedica una entrada genérica, El Aleph de Ramón, que se completa con 19 inventarios, en los que trata de identificar las  innumerables fotografías que cubrían las paredes de su abigarrado despacho, en uno de los cuales –en el 12– se aprecia una fotografía del cristo albense.


En este collage fotográfico encontramos también otra imagen relacionada, aunque en menor medida, con nuestra localidad: El retrato, realizado por Goya, del General Gabriel de Mendizábal Iraeta, 2º Jefe del Ejército de la Izquierda en la fatídica fecha del 28 de noviembre de 1809 en que tuvo lugar la denominada Batalla de Alba, y a quien, en reconocimiento de los méritos adquiridos en aquella acción, le fue concedido el título de Conde del Cuadro de Alba de Tormes.

                     

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