lunes, 30 de abril de 2018

La plaza de "Las Madres"

      


CONVENTO DE LA ANUNCIACIÓN
José Luis Miñambres

Pocos monumentos albenses son símbolo tan gráfico, evocador  y certero del espíritu, el estilo y el mundo de la villa, como el Convento de la Anunciación. Son, en esencia, patria espiritual, cuna eterna y recuerdo imborrable de Santa Teresa. Ahí está, cerrando por la orientación del mediodía, la Plaza de las Madres, con ese trío de viejecitos paseando por ella. ¿O… serían dos parejas que luchan por la vida? El día, por la luz artificial, parece oscuro, pero tuvo para Santa Teresa en su tiempo luz casi divina: “…tengo una ermita, que se ve el río, y también adonde duermo, que estando en la cama puedo gozar de él, que es harta recreación para mí…”  Aun considerando su personalidad, se explica su tono admirativo. Desde la Plaza, enmarcada con regios e históricos paredones, se aprecia un extraño aroma de la villa, como si la Plaza de Las Madres fuera una especie de corazón.

Con el sol de octubre (y con la turbamulta humana de la procesión de la Santa, la música, las velas y los hachones encendidos) el mundo albense revive con ardor en la plaza. Un murmullo de gentes, presurosas y hablantes, transforma el espacio, simbolizado en ese rincón albense, con vida nueva y fervor que alegra los muros pétreos de la Plaza. Por las cuatro calles desembocan presurosos los hombres, desde la Plaza Mayor y desde el río, desde su Puerta, ahora tan lejana. A la izquierda de la mirada fotográfica, en el rincón de los Frailes, el mundo es otra cosa; tal vez el silencio que nos llama desde lejos, próximo a la vida que bulle dentro del monasterio. 

Si queremos salir de la Plaza, la callecita de Pepe Sánchez Rojas nos lleva al corazón modernista de la villa, a su Plaza mayor, a sus edificaciones eternas, con la Casa Consistorial y la Iglesia de San Juan, haciendo de espalda histórica por occidente… Y a esas palmeras que siempre mantuvieron su verdor, aun en contra del viento del Norte, siguen recordando la vida diaria. Es la vida que pasa sin ruido.


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