Uno de los sectores que hoy cuenta bastante en el trabajo editorial es el de la reproducción (xerocopia, facsímil…) de textos ya editados, en algún caso verdaderas joyas bibliográficas y que son difíciles de encontrar en las bibliotecas e incluso en el mercado de anticuariado. Este modo de reproducción de libros editados anteriormente posibilita la difusión de la cultura y, sobre todo, el poder recurrir a textos casi ya inaccesibles. También es verdad que en algún caso demuestran que en determinados campos no progresa la investigación.
El caso que nos ocupa merece la pena ser resaltado porque, además de tratarse un título que no era accesible (ya me gustaría saber cuántas personas particulares o entidades públicas y religiosas de Alba lo poseen), cubre un vacío muy importante en los estudios albenses. La obra del canónigo salmantino
José de Lamano, Santa Teresa en Alba de Tormes, significó en su momento (hace ya casi un siglo, 1914) un acercamiento histórico muy serio a la presencia de
Santa Teresa en la villa de Alba de Tormes, pero esto no sólo en el aspecto puntual de la fundación del convento de monjas (1571), sino además en todo el ámbito de relaciones familiares y amistosas, viajes, personajes que la trataron y, sobre todo, en el dato final de su muerte (1582), el sepulcro, el culto posterior, las reliquias, etc. Menos en el aspecto artístico, que no era esa su intención principal.
El valor fundamental de este libro está en que es el resultado de un trabajo meticuloso a través de la obra escrita teresiana (tan llena de referencias a la villa), pero sobre todo en archivos; en algún caso –como en el archivo conventual de las monjas carmelitas- nadie lo había hecho hasta el momento en forma tan directa como él. Es decir, que se trata de una investigación histórica de primera mano.
Además Lamano sintió la necesidad de acompañar su estudio con la publicación íntegra de documentos, como el permiso episcopal de la fundaciones, las escrituras o tratado estipulado entre santa Teresa y la familia fundadora (Vélazquez-Layz), documentos relativos a la gestión económica de Francisco Velázquez en la Universidad de Salamanca, etc.
El libro, pensado para el III centenario de la beatificación de Santa Teresa, le salió a Lamano como una obra completa y de carácter científico que los investigadores teresianos (como en los casos de los famosos Silverio de Santa Teresa y Efrén de la Madre de Dios) supieron apreciar y usar para sus trabajos de carácter biográfico en torno a la mística castellana.
Hay un capítulo interesante (XVI) –además de aquellas páginas relativas a personajes como Beatriz de Jesús, Mariana de San José, Antonio Gaytán, Sancho Dávila, los Duques de Alba, etc.- y que hasta Lamano nunca se había afrontado bien, y es el relativo a la parte que tuvo Alba en la redacción de algunos escritos teresianos, en su labor literaria, puesto que fueron bastantes las estancias en la villa y de una cierta duración.
Sólo una lectura atenta y cuidadosa del mismo en sus casi 400 páginas permite el poder gustar tantos aspectos de la relación cordial de santa Teresa con Alba –de ordinario éstos aprendidos y repetidos en tono legendario- y que Lamano saca de esos ámbitos poco serios para cribarlos y confiarlos al terreno más seguro de la historia crítica.
La reproducción que ha hecho ahora la
Editorial de Espiritualidad de Madrid (
www.editorialdeespiritualidad.com) llega a 460 páginas porque –con muy buen criterio- ha sido acompañada de dos introducciones actuales relativas al autor y al valor de esta investigación dentro del teresianismo, hoy un mundo muy especializado. Se deben ambas a
Jesús María García y
Manuel Diego Sánchez, cada uno en su propio campo de estudio. De este modo la obra en cuestión no sale tal cual se editó en el lejano 1914, sino ampliada y acompañada de estos estudios actuales que la contextualizan adecuadamente y, sobre todo, ponen de relieve el valor que tiene todavía, razón última por la que ha sido propuesta de nuevo al público.
Esta novedad bibliográfica bien merece una presentación oficial en
Alba de Tormes para que, tanto el lector curioso e interesado, el que cultiva con pasión la historia local, como aquel otro lector devoto de Santa Teresa, perciban la importancia cultural que tiene esta publicación.