jueves, 31 de diciembre de 2009

José Sánchez Rojas. "In memoriam"

Para conmemorar el aniversario del fallecimiento de unos de nuestros más ilustres coterráneos, José Sánchez Rojas, acaecido un 31 de diciembre, como hoy, del año 1931, incorporamos a estas páginas electrónicas el obituario que con este motivo, y firmado por el que fuera su director, Antonio G. de Linares, publicaría el 10 de enero de 1932 la revista madrileña Crónica.

“In memoriam”
José Sánchez Rojas

Entró en mi despacho la otra mañana, como entraba casi todos los días, sin anunciarse, sin pedir permiso, apareciendo de pronto ante la mesa de trabajo y tendiendo por encima de ella un brazo esquelético y una mano alargada, inerte y fría, recogida en si misma como esas cortezas de árbol que se abarquillan al desprenderse del tronco: una mano muerta.
— ¡Hola, maestrito!
Era su saludo de siempre.
Arrojó sobre la mesa un ejemplar de Los elogios, de Maragall, diciéndome:
— Este es mi regalo de fin de año.
Luego, sin dejarme tiempo de contestar ni de darle las gracias, anunció de un tirón, con la impaciencia y el alborozo de un niño a quien llevaran de viaje por primera vez:
— Me voy a Salamanca. Pasaré allí las Pascuas. Luego marcharé a Galicia, para dar algunas conferencias en Santiago, en La Coruña, en Vigo.
— ¿Y esa salud?
Bien
— ¿Se acostó usted temprano, anoche?
— Si. A las cuatro de la madrugada.
— ¡Pero hombre!
— No me riña, maestrito. Voy a enmendarme. Se lo prometo. Ya ve que me he comprado este traje y que le cepillo casi todos los días. Y vengo afeitado, peinado, casi elegante.
— Si; pero me han dicho que anoche, con varios grados bajo cero, salió usted del Ateneo sin abrigo, y así estuvo paseándose en busca de otra pulmonía como la del año pasado.
— iQuiá! Este traje es muy fuerte.

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Se fue, dejándome sobre la mesa tres artículos para publicar durante su ausencia, el libro de Maragall que me ofreció como regalo de fin de año y el montoncito de ceniza del último cigarrillo que le vi fumar.
— Adiós, Rojas. Buen viaje. Cuídese mucho. Salude, en mi nombre, a Mary.
— Mire usted su último retrato.
— ¡Muy hermosa y, lo que es mejor, muy buena!
— ¡Hombre! Más que buena, santa.
Volvió el retrato de Mary a la cartera de Rojas; a la cartera que nunca supo de otros tesoros que no fueran los retratos y las cartas de Mary.
Y la mano inerte y fría, la mano muerta, volvió a tenderse por encima de la mesa:
— ¡Adiós, maestrito!
— ¡Adiós, Rojas!
Creímos que en aquel instante nos separaba únicamente la trivialidad de una jornada más, en la vida. Pero entre nosotros estaba ya Nuestra Señora la Muerte, indecisa todavía en la elección de uno de los dos para la suprema cita. Ahora, el elegido ha sido él… Pero mañana, al decir adiós á otro buen amigo, pensando volver a verle, el elegido y el eterno ausente seré yo.

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Mary fue en la vida de Rojas el hada buena que incansablemente se esforzó por deshacer los maleficios de las hadas malas: de esas hadas crueles que dotaron Rojas de un rostro de insuperable fealdad, para que ese rostro fuera máscara tras de la cual poca gente acertara a percibir el alma insuperablemente bella que ocultaba. Alma de niño, abierta siempre a la bondad, al optimismo y al amor; alma que en un cuerpo apolíneo hubiera irradiado encanto y seducción, atrayendo a las almas femeninas con poderoso imán; alma que, prisionera de su envoltura casi monstruosa, ofrecía en vano sus tesoros a la mujer, eternamente deseada y eternamente fugitiva.
De Mary, el hada buena de Rojas, yo sólo supe que era, y es, una señorita de la mejor sociedad de Salamanca; una señorita que admiraba al hombre de talento y de cultura excepcionales que era Rojas, y se apiadaba de sus miserias, de sus flaquezas y de sus desgracias. «Mi sobrina Mary», la llamaba Rojas. Pero más que la sobrina, era la hermana del alma: la que prevenía, la que aconsejaba y la que en las horas malas prodigaba ayuda y consuelo.
Más de una vez, en días señalados —el de su santo, el de su cumpleaños, la víspera de Nochebuena—, Rojas llegó a mi despacho mostrándome una carta certificada que acababa de recibir, con el sobre escrito a maquina, y en su interior, prendidos a un pliego en blanco, algunos billetes.
Rojas declaraba:
— No se quién me manda este dinero, maestrito. Pero llega como enviado por el cielo. ¡Estaba ya sin un cuarto!
Yo examinaba los matasellos. La carta venia siempre de Salamanca. Y sobre el pliego en blanco, donde nadie había trazado signo alguno, yo leía siempre, con inmensa ternura, el nombre del hada buena y discreta, de la hermana del alma: de Mary.
En los telegramas que refieren la muerte y el entierro del pobre Rojas se habla de las coronas de flores que cubrían el ataúd. Y se dice que una de ellas llevaba en las cintas esta dedicatoria: «A Pepe Sánchez Rojas, con mucho cariño. Mary Santiago Vidal»
Por vez primera leo los apellidos del hada buena; de esta Mary que iluminó con dulce y pura luz las tinieblas del bohemio y triste poeta; de esta Mary a quien no conozco, y que, sin embargo, desde hace mucho tiempo, y por el bien que hizo al gran amigo común, tiene un altar en mi corazón.

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Don Francisco de Asís Cambó hizo cuanto pudo por salvar a Rojas; por salvarle no solamente de la muerte, sino también de la vida absurda y mortal que era la suya.
Le encargó trabajos literarios, pagados espléndidamente. Quiso llevarle consigo en un largo viaje de placer por el próximo Oriente. Y cuando, hace ahora un año, cayó Rojas enfermo, con los pulmones destrozados ya, y estuvo próximo a morir, Cambó le envió algunos miles de pesetas, con la orden de recluirse en un sanatorio de altura y la prohibición de salir de allí, en tanto que no estuviese completamente curado. Cambó pagaba todos los gastos. Rojas obedeció, y durante algunos meses cuidó, al fin, de su salud. Pero la proclamación de la República le llenó de ilusiones y de afanes. Quería colaborar en la obra de renovación española. Quería ver de cerca los acontecimientos. Quería entrar de lleno en el hervor y la inquietud de los tiempos nuevos. Y un día, faltando a la promesa que había hecho a don Francisco de Asís Cambó, José Sánchez Rojas huyó del sanatorio, vino a Madrid, se lanzó a la corriente, volvió a las malsanas tertulias de café, pasó las noches en los cabarets y en la calle, olvidó toda precaución y todo régimen, y de día en día perdió la poca vida recobrada durante los meses de prudente retiro. Cayó en Salamanca, como hubiera caído en Madrid. Y él, que amaba tanto las bellezas de la vida, no supo ahorrar una sola hora de su existencia, como no supo jamás ahorrar una peseta, cuando, dueño de algunos centenares de ellas, las gastaba en una noche, o en un día, para ver en torno suyo un poco de alegría, verdadera o fingida, sin pensar que algunas horas después volvería a encontrarse, solo y misero, frente al problema de no tener con qué pagarse una humilde comida de taberna.

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Rojas era un altísimo poeta que escribía en prosa para librar de todo artificio y de toda esclavitud su exquisita y libérrima poesía.
Y era Rojas un bohemio irredimible, incapaz de previsión, de cálculo, de orden y, en suma, de cualquiera de esas cualidades indispensables para «saber vivir» con arreglo a la ciencia correcta y fría del egoísmo.
Rojas era quizá el último verdadero poeta, en estos días en que los rimadores miden sus versos calculando al mismo tiempo la utilidad que pueden reportar.
Y Rojas era, sin duda alguna, el último verdadero bohemio, en estos días en que la falsa bohemia sirve de disfraz a los negociantes del cinismo.
Rojas era... ¡Que triste es hablar de él así, en pretérito! Pero la Muerte, Nuestra Señora, estaba entre nosotros cuando por última vez nos dijimos adiós: un adiós que debía ser, y será, al cabo, «hasta luego».

ANTONIO G. DE LINARES
Crónica, 10 de enero de 1932

martes, 29 de diciembre de 2009

Una institución centenaria.

Casi se nos escapa el año sin hacer mención alguna a una institución albense que en este 2009 que ahora termina alcanza sus 100 años de existencia.

Nos estamos refiriendo al Casino de Alba de Tormes (merecedor, sin duda, de un posterior y más exhaustivo estudio), cuya fundación ya venia siendo objeto de consideración desde noviembre de 1907 por algunos vecinos quienes “desarrollaron la idea, y desde luego acordaron, con el deseo de procurar algún mejoramiento a esta villa, constituir, con las personas que se adhirieran una Sociedad Civil Anónima para la construcción de un edificio capaz para instalarse un Casino y Fonda de nueva planta…”

En el mes de enero de 1909 se materializaría legalmente esta idea con la constitución, ante notario, de la Sociedad Civil Anónima LA UNION, la redacción de sus estatutos, (a los que podríamos considerar como el primero de sus Reglamentos) y la posterior construcción de un nuevo edificio que cambiaría radicalmente el aspecto de nuestro Bulevar (antigua plazuela de la Concepción) que, años más tarde, sería glosado por Antonio Álamo en su Senda Emocional de Alba de Tormes.

«Dos edificios –el “Casino” y el “Palacio de la Vizcondesa”- dan al “Bulevar” todo su aire cosmopolita y romántico: cosmopolita, por sus hechuras y formas elegantemente sencillas y sencillamente elegantes…, por su sincera esbeltez…, por su arrogancia ciudadana; romántico por sus verjas y por sus acacias…»

Lamentablemente ese aire cosmopolita y sobre todo ese aire romántico se perdería definitivamente cuando, en la pasada década de los ochenta, la piqueta reducía a bloques de viviendas estas sencillas y elegantes edificaciones.

Entre tanto el edificio promovido por la Sociedad Civil Anónima La Unión alcanzaría los objetivos que impulsaron su construcción y se convertiría, desde el 4 de enero de 1914, en la sede del Círculo de la Amistad de Alba de Tormes (popularmente conocido como Casino y actualmente alojado en un nuevo edificio levantado sobre el mismo solar) y albergaría a lo largo de su historia distintos establecimientos hosteleros, así como diversas dependencias administrativas (Auxilio Social, Organización Sindical…)


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. . Constitución. . . . . . . . ......... . . . . . . . . . . . . Reglamento 1982

lunes, 21 de diciembre de 2009

La Margen Izquierda número 3


Acudiendo a su cita trimestral nos llega el número 3 de La Margen Izquierda, revista de la Agrupación Socialista de Alba de Tormes que inició su andadura el pasado mes de febrero y que alcanza ya su cuarta edición en este 2009 que ha sido testigo del nacimiento de dos nuevas publicaciones en nuestra localidad.
Con la habitual colaboración de destacados miembros del partido socialista, en este caso la de Juan Carlos Rodriguez Ibarra, Ex Presidente de la Junta de Extremadura, y también con su habitual estilo critico con la gestión municipal, propio de su labor opositora, la incorporamos hoy, a punto de comenzar la tradicional cantinela que nos anuncia el inicio de las celebraciones navideñas, a esta hemeroteca digital desde donde estará disponible para cuantos por ella se interesen.



domingo, 20 de diciembre de 2009

Número 28 de L'Aceña

Variada resulta la temática que recoge la revista L’Aceña en su edición correspondiente al primer trimestre del año 2008. En ella podemos encontrar un articulo: “Cuando los papas llegaron a Alba”, que rememora la visita a nuestra localidad de Juan Pablo II y de Juan XXIII, si bien la de este último antes de que ocupase la sede pontificia; un reportaje profusamente ilustrado, y firmado por Delfín Pérez, sobre el viejo molino de la cercana localidad de Horcajo Medianero; una sinopsis de Miguel M. Martín sobre la memoria descriptiva del proyecto del arquitecto Repulles y Vargas para la construcción de la Basílica Teresiana; la tercera entrega del estudio que sobre sus vidrieras realizaron Verónica Pérez y Sandra Herrero; la habitual entrevista de Juan Servera, en este caso a Concepción Miguélez, alcaldesa de Alba de Tormes; la andadura del grupo infantil de teatro Arco Iris, que nos describe Fernando Gutiérrez, así como otros interesantes contenidos que, junto a estos, conforman este número 28 que desde hoy se encuentra disponible en nuestra hemeroteca.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Alba de Tormes al día. Edición nº 5

Ya ha llegado hasta nosotros, gracias a la gentileza de Roberto Jiménez, quien nos la he remitido incluso antes de colgarla en su propia página, el número 5 de Alba de Tormes al día, revista mensual de distribución gratuita que presenta en sus distintas secciones (Local, Deportes, Comarca, Cultura, Campo…) algunos de los artículos publicados previamente en la Web del mismo nombre, junto a otros redactados ex profeso para su versión en papel por los distintos colaboradores con que cuenta esta publicación, que en este mes de diciembre de 2009 dedica su portada a los 200 alumnos que integran las escuelas deportivas municipales de la villa en sus cinco modalidades (tenis – baloncesto - atletismo - gimnasia rítmica - fútbol sala) recientemente presentadas.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Diciembre 1972- El Trece número 16

Mucho se había hablado y escrito del proyecto de erigir en Alba de Tormes un monumento a Santa Teresa, hasta que, por fin, el número 16 de la revista mensual El Trece ofrecía, en el mes de diciembre de 1972, la esperada noticia y así, bajo el titulo Por fin el monumento, anunciaba: «… El próximo día 6 de enero, día de los Reyes Magos, amanecerá el torreón cargado con una magnifica reproducción en mármol blanco de Santa Teresa. Sabemos que el monumento contará con diez metros de altura y pesara alrededor de los mil kilos. Esta será la sorpresa que aguarde al albense cuando los niños jueguen con sus ilusiones por la calles. Y allá, por el mediodía, el monumento será oficial y solemnemente inaugurado ante las cámaras de televisión…». Sin embargo este artículo se ilustraba con un almanaque en el que se apreciaba con claridad la fecha del 28 de diciembre, de donde se podía deducir que no se trataba de ninguna primicia informativa, sino, más bien de una inocentada, tal y como se estilaba por aquella época en los medios de comunicación.
En cuanto al resto de su contenido destacamos una entrevista al por entonces alcalde de la villa, Eduardo Acevedo, de la que nos llama la atención una de sus aseveraciones: «… Los problemas pequeños, precisamente por su insignificancia, no merecen mi atención.»

lunes, 7 de diciembre de 2009

El Tormes nº 14

Tiempos difíciles los que corrían en Alba de Tormes, en particular, y en el resto de España en general, cuando el 9 de febrero de 1930 salía a la luz un nuevo ejemplar de El Tormes. Tiempos de incertidumbre política tras la reciente dimisión del dictador Miguel Primo de Rivera (30-01-1930) y la ascensión al poder del general Dámaso Berenguer, en lo que el ingenio popular denominaría dictablanda. Tiempos de nerviosismo, ansiedad e impaciencia que se recogen en la reseña que bajo el titulo “Del momento político” publicaba el número 14 del dominical albense en el que se informaba de estos cambios en el gobierno de la nación al tiempo que se congratulaba por el nombramiento como Ministro de Instrucción Publica del duque de Alba.
También sería noticia, en esta edición, el proyecto de construcción de una plaza de abastos, que con un presupuesto de 120.000 Pts no llegaría a fructificar, mientras que, en su primera página, incluiría una nueva entrega de los Recuerdos de Niñez de Sánchez Rojas, en los que, entre otros, relataba el traslado de los restos de D. Gutierre, primer señor de Alba, desde las ruinas del monasterio de San Jerónimo hasta la iglesia de Santiago, traslado éste que protagonizaría una curiosa anécdota que sería recogida en el diario ABC del día 30 de septiembre de 1908 al que se puede acceder desde aquí .

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Puerta del Río número 17


Después de año y medio acudiendo puntual a la cita mensual con sus lectores, se acentúan las dificultades en la revista Puerta del Río, y así su número 17 no logra salir a la luz sino con un desfase de 30 días sobre los primeros del mes de noviembre de 1984 en que estaba previsto.
“La falta de apoyo directo, de gente nueva…, de críticas a la revista, a la redacción, a nuestros artículos, la falta de sugerencias…” serían “el verdadero problema” de esta publicación a la que ya, por entonces, se auguraba una corta andadura...

De este número, en cuya portada se inserta una felicitación del nuevo año confeccionada con distintas imágenes de Alba de Tormes, destacamos, entre otros interesantes artículos, un balance de gestión de la Sociedad Amigos de Alba motivado por el cambio de su junta directiva, así como una reseña de la visita electoral a nuestra localidad del líder de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne, en la que se incluye el discurso integro que pronunció en salón de la Casa de la Cultura (Actual teatro de la villa).

martes, 1 de diciembre de 2009

Olvido histórico

Sin pena ni gloria, o mejor..., con más pena que gloria, pasó el 28 de noviembre de éste 2009 y con él, el bicentenario de La Batalla de Alba de Tormes.

Solamente Ascua (Asociación Cultural Albense), en el número de otoño de su revista L’Aceña; José Antonio Bonilla, con una breve reseña publicada en la Gaceta Regional (en la que se intuye una lectura previa del artículo conmemorativo de esta página); y Miguel Ángel Martín Mas, en su blog especializado en las Guerras Napoleónicas; parecen los únicos en haberse acordado de éste histórico aniversario.

Una pena que estamentos oficiales como la Diputación Provincial o, con mayor motivo aún, el Ayuntamiento de Alba de Tormes, quien parece estar pensando ya en próximas efemérides teresianas, no se hayan hecho eco de ésta. Ocasiones para la enmienda tendrán en apenas tres años (Arapiles, Garcihérnandez, Defensa y evacuación del castillo de Alba…) Esperemos que la organización de otros centenarios (nacimiento, beatificación, canonización…) no se lo impidan.