Desde luego no pasaba desapercibido —por su colorido y lo recargado de la composición— este título de Adorador Nocturno con el que se acreditaba la pertenencia a la Sección de Adoradores del Santísimo Sacramento de Alba de Tormes, una asociación que cumple sus primeros cien años de existencia puesto que, con el boato propio de la época, se constituía en la iglesia de San Pedro el 16 de octubre de 1917, tal y como informaba el diario salmantino El Adelanto el día 22 de aquel mismo mes y año, y cuyas actividades, en ocasiones, se recogían en un opúsculo que publicaba la sección de adoradores nocturnos de Salamanca del que ofrecemos su edición correspondiente al mes de marzo de 1949.
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lunes, 16 de octubre de 2017
viernes, 18 de octubre de 2013
Las Moradas del Castillo Interior
Como ya hiciéramos en anteriores ocasiones y, al igual que entonces, manifestando nuestra discrepancia con la celebración anticipada, y casi excluyente de otras conmemoraciones, que en Alba se viene realizando de los próximos centenarios teresianos, facilitamos, un año más, la descarga digital de la obra que en este 2013 será objeto de lectura continuada: El Castillo Interior o Las Moradas, libro que con su habitual castellano popular carente de preocupaciones literarias, escribió Teresa de Jesús en 1577 y que es considerado como una verdadera síntesis de la experiencia espiritual de su autora.
sábado, 24 de agosto de 2013
XXXIII Marcha Teresiana
«¡En marcha! Solamente necesitas una manta o saco de dormir, cubierto completo para las comidas y todo lo necesario para el aseo personal»
Ya inicia su andadura la XXXIII Marcha Teresiana, peregrinación que desde 1981 rememora, año tras año, el último viaje de Teresa y que partirá de Medina del Campo el 17 de septiembre para finalizar, tres días después, en Alba de Tormes tras haber recorrido los mismos caminos y en las mismas fechas en que ella lo hiciera allá por el mes de septiembre del año 1582.
Para cuantos estén interesados, la organización ha editado un tríptico, que aquí presentamos, en el que se informa de todos los detalles de la edición de este año.
jueves, 18 de julio de 2013
Algo más que una reliquia
Cuando se comprueba que la mayoría de los eventos culturales que se desarrollan en Alba de Tormes (conferencias, presentaciones de libros, festivales de música antigua...) se dedican a la misma finalidad, cuando se consultan los últimos programas de fiestas y se observa cómo, de año en año, cada vez se asemejan más a un monográfico con páginas y páginas y páginas consagradas a una idéntica temática¹, cuando se produce el empacho de contemplar a las autoridades civiles poniendo más énfasis que las eclesiásticas en la organización de actos religiosos, cuando se repiten hasta la saciedad convocatorias de competiciones deportivas -tenis, frontenis, calva, carreras populares, duatlón de cross, etc.- todas con la impostada cantinela de V Centenario STJ, cuando se alcanza el hartazgo de este artificial y exagerado teresianismo que nos invade, yo me acuerdo de aquellos muchachos de la revista Puerta del Río que, posiblemente con un hastío similar al que yo siento, idearon aquel lema que hoy reivindico y que a pesar de los años transcurridos continua de plena actualidad:
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¹ Más de un tercio de las páginas del programa de fiestas de octubre de 2012 están dedicadas en su totalidad, en texto o en imágenes, a Santa Teresa.
viernes, 29 de marzo de 2013
Viernes Santo en Alba de Tormes. La Soledad
«El recuerdo más hondo y más inefable que guardo en el corazón del día del Viernes Santo en la niñez, es el del sermón de la Soledad, en el Convento de Madres Carmelitas Descalzas, de Alba de Tormes, donde se venera el cuerpo de Teresa de Jesús. El sermón se celebra, ya bien entrada la noche, en el Monasterio. Asisten a él los Carmelitas, encapuchados, con sus capas blancas, sus sandalias y sus hábitos café. El Tormes deja llegar hasta aquel paraje el rumor doliente de sus quejas. Los praderales de la vega envían también sus primeros perfumes primaverales a los pies de la Soledad. Y en la noche tibia, y clara, y dulce, por lo común, del Viernes Santo, se quiebran todos los ruidos y todos los rumores en aquella plazoleta de la Santa, que comienza a llenarse de fieles. A las hembras les crujen las faldas de seda, al paso, y los hombres llevan sus mejores galas al sermón.
En la iglesia, ningún adorno superfluo. Los altares están cubiertos de las telas moradas y solamente se deja al descubierto, en el presbiterio, el sepulcro de la Madre Fundadora, rico de plata afiligranada salmantina. Y entre diez o doce hachones, sin más aditamentos ni requilorios, en el centro de la iglesia, la Soledad. Esta dulce Soledad de las Carmelitas es la joya de mi pueblo. Tiene su historia y su leyenda. Doña María de Colón y Henríquez, Condesa de Monterrey y esposa del Gran Duque de Alba don Fernando, la regaló al Monasterio. Dicen que la trajo de Nápoles en sus tiempos de virreina. La imagen, en efecto, es la de una ragazza napolitana, tallada en rica madera policromada. De los ojos, ardientes y puros, y absortos a la vez, brotan dos gruesas lágrimas que queman el rostro moreno. La boquita se pliega en un breve rictus de amargura. Las manos en cruz están en actitud de plegaria y el manto, compuesto y armonioso, no descubre un momento de dejadez y descuido. ¡Qué bonita es la Soledad de mi pueblo! Pero la imagen de mujer es también de la Madre de Dios. María presiente la resurrección del Hijo, y en su compostura se advierte el presentimiento de que no puede ser estéril el sacrificio de la Cruz. Y María tiene delante de sí la corona de espinas, que es la corona que mejor cuadra a todas las Madres.
El sermón es siempre breve y patético. Habla de los dolores y de la soledad y del sacrificio de la Madre. Y el órgano lo glosa a continuación. Los Padres, con su voz grave, y con su dejo gangoso y gutural las monjitas, entonan el Stabat Mater.
Y las notas del órgano lloran y rugen, y murmuran, y se pierden en dulcísimos trémolos, y vibran después con todos lodos dolores violentos de la pobre Humanidad en los registros graves, y mueren, y callan al fin, suspirantes y esperanzosas, que mañana resucitará el Justo de entre los muertos, levantando El mismo las tapas del sepulcro, entre los soldados dormidos.
Y nada más. La ceremonia, breve y sencilla, se ha concluido. Se apaga la vela amarilla que permanece encendida del tenebrario y los diez o doce hachones que en el presbiterio alumbraban la imagen de la Solead. Resuenan las caracas en los dos coros. Por unos minutos queda la iglesia en tinieblas perfectas. Torna a alumbrarse el rostro de María y desde cerca se ven muy bien en la graciosa talla tres lágrimas que surcan sus mejillas de Virgen morena y maternal. Hace ya muchos años, muchos -¿te acuerdas, corazón?-, nuestra madre nos llevaba de la mano para que nos arrodilláramos ante la Soledad. Y llevaba una velita a casa, para los días de las tormentas y para la vigilia de los enfermos graves. Después, en silencio, salíamos a la plazoleta de la Santa. Los Carmelitas, encapuchados en sus capas blancas, silenciosos, solemnes, salían a su convento, que está enfrente del de Santa Teresa, en la misma sugestiva y evocadora y castellanísima plazoleta. Oíamos, camino de casa, la canción del río que decía sus primeras trovas a la primavera y aspirábamos, sonrientes y anhelosos, los primeros olores tempraneros que llegaban de la vega. Ni un rumor, ni un ruido, profanaba el denso y hondo silencio de aquella noche de los Viernes Santos de mi niñez. Y acostados, después de la colación de pescados, de huevos y de lacticinios, pensábamos en las estrofas del Stabat Mater que acabábamos de oír y admirábamos las manos agiles del organista, del Padre Manuel, que en el órgano grande de los dos teclados dobles decía también toda su ternura y todo su amor de hijo ante las horas de soledad de María a los pies de la Cruz, en el Calvario, cuando el Sol se puso, los montes temblaron y las tinieblas se adueñaron de la faz de la Tierra, al presenciar la tragedia del Justo, que había de resucitar.»
José Sánchez Rojas
miércoles, 10 de octubre de 2012
Las Fundaciones
El Libro de las Fundaciones, último de los escritos por Teresa de Cepeda, cuyos cuadernos y borradores se encontraron entre sus pertenencias tras su fallecimiento en Alba de Tormes, ha sido el designado durante el año 2012 para la preparación de los próximos centenarios teresianos y será objeto de una lectura continuada durante las próximas festividades de octubre.
No hemos cambiado nuestro criterio y seguimos sin compartir la conmemoración anticipada de estas efemérides, si bien entendemos que otras personas puedan considerarlo acertado y por tanto, al igual en ocasión similar hicimos con Camino de perfección, ofrecemos desde estas páginas la posibilidad de descargar una copia digital de este libro, el de las Fundaciones, en el que se describen no solo las vicisitudes de la obra fundacional sino también contenidos espirituales, históricos e incluso sociológicos de la España del siglo XVI.
No hemos cambiado nuestro criterio y seguimos sin compartir la conmemoración anticipada de estas efemérides, si bien entendemos que otras personas puedan considerarlo acertado y por tanto, al igual en ocasión similar hicimos con Camino de perfección, ofrecemos desde estas páginas la posibilidad de descargar una copia digital de este libro, el de las Fundaciones, en el que se describen no solo las vicisitudes de la obra fundacional sino también contenidos espirituales, históricos e incluso sociológicos de la España del siglo XVI.
miércoles, 8 de agosto de 2012
XXXII Marcha teresiana
«Cada año, como el polvo del camino, que es siempre nuevo, hemos vivido experiencias nuevas y enriquecedoras. Los mismos sitios, pero distintos aires, distintas caras.»
Atrévete a soñar es la idea que anima XXXII edición de la Marcha teresiana que, fiel a su cita anual, transitará por los mismos lugares y en las mimas fechas en que lo hiciera Teresa de Cepeda en su último viaje y que iniciará su andadura en Medina del Campo el próximo Lunes 17 de septiembre para finalizar tres días después, en la tarde del día 20, con su llegada al convento de Madres Carmelitas de Alba de Tormes.
viernes, 6 de abril de 2012
Milagro en el monasterio
Es, sin duda, el Viernes Santo la fecha más apropiada para ocuparnos, desde estas páginas, de la talla del Cristo de la Salud que constituye, junto a la de La Soledad, una de las imágenes más representativas de la Semana Santa albense.
Trasladado desde el monasterio de San Jerónimo -de donde obtiene el nombre con el que popularmente es conocido- a la iglesia de San Pedro en el año 1835, ignoramos cuándo y por quien fue tallado, si bien algunos autores le atribuyen una antigüedad que se remonta al siglo XVII. Y es precisamente aquí, en el desconocimiento de su pasado remoto donde, creemos, radica el origen de la leyenda de nuestro Cristo de San Jerónimo, leyenda que en Alba se ha venido transmitiendo de generación en generación y que hoy reproducimos tal y como en 1922 la publicaban Tomás Rodríguez Rubio y Constantino Gómez Gutiérrez en sus Recuerdos y Bellezas de Alba de Tormes.
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«… Cuentan los ancianos, y el vulgo lo acoge con fe, que en una gran riada del Tormes el nivel de las aguas invadió el derruido convento de los Jerónimos, llevando tras si, entre otras cosas, el Santo Cristo de la Salud, que fue recogido en Ledesma. Los religiosos de Alba lo reclamaron, y Ledesma, atribuyendo a la Providencia que se lo llevó allí, valiéndose de la riada, se negaron a entregar tan preciada imagen. Inconsolables los padres pedían a Dios sin cesar una favorable solución; un día se presentaron a las puertas del convento, pidiendo alojamiento, dos jóvenes; otorgado por los frailes les alojaron en una celda, donde pernoctaron. A la mañana siguiente sorprendió a los religiosos que los dos jóvenes no daban señales de vida, y penetrando en la celda quedaron asombrados al encontrarse que, en la ausencia de los huéspedes, había un Santo Cristo, fiel copia del que las aguas les había arrebatado. …»
martes, 23 de agosto de 2011
XXXI Marcha Teresiana
Para descargar el tríptico con las instrucciones y el programa completo de la Marcha pinchar sobre el cartel que anuncia la edición correspondiente a este año.
miércoles, 18 de agosto de 2010
XXX Marcha Teresiana

Para cuantos estén interesados, la Hermandad de Santa Teresa de Jesús ha publicado un tríptico informativo que puede descargarse desde aquí, y del que hemos extraído el siguiente párrafo que, entendemos, resume la filosofía de esta “Marcha” que ya constituye, en Alba, una tradición:
«Lo que empezó como una aventura, se convirtió en una profunda experiencia humano-religiosa que nos animó a repetirla una y otra vez. Lo hicimos caminando, a ritmo de carreta tirada por una mula, por la misma calzada, atravesando los mismos pueblos y en las mismas fechas, llegando a la Villa Ducal, como ella, la víspera de San Mateo, al caer de la tarde. Y hemos continuado haciendo lo mismo durante 29 años. Cada año, como el polvo del camino, que es siempre nuevo, hemos vivido experiencias nuevas y enriquecedoras. Los mismos sitios, pero distintos aires, distintas caras. La misma Teresa de Jesús, pero distinta su palabra, su presencia.»