martes, 9 de febrero de 2010

Juanín y La Perdiz

A modo de curiosidad, presentamos una imagen en la que se puede apreciar el aspecto que presentaba, alrededor de 1930, el Figón “La Perdiz”, parada obligatoria del coche correo, y concesionario del transporte de viajeros, de la línea Piedrahita-Alba de Tormes-Salamanca conducido, por aquellas fechas, por el biznieto de una Reina de España.
Juanín, como así era conocido el personaje a quien nos referimos, descendía del matrimonio morganático y secreto contraído el 28 de diciembre de 1833 (apenas transcurridos tres meses desde su viudedad), por María Cristina de Borbón Dos Sicilias, cuarta esposa de Fernando VII y Reina Regente de España durante la minoría de edad de su hija Isabel II, con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, sargento de su Guardia de Corps.
Sobre su ajetreada vida la revista Crónica publicaba un amplio reportaje en varios números de enero y febrero de 1932, en uno de los cuales (el del 21 de febrero) insertaba esta fotografía y el texto relativo a la parada en Alba de Tormes que también reproducimos:
«El autocar de Juanín -¡ya sin él al volante!- se detiene un rato a la puerta del típico «Figón de la Perdiz», entre el río y la Torre del Homenaje, en Alba de Tormes. La villa, envuelta en niebla, diríase que llora aún, sin comprender del todo lo que pierde, la muerte de José Sánchez Rojas, su hijo más preclaro.
También en el mesón carretero me envuelve la leyenda –hecha realidades ejemplares- del carácter de Juanín. Nadie como él de valiente, de prudente, de modesto, de sencillo, de desprendido, de alegre.
- ¿Ve usted que los viajeros de esta línea son pocos? - me dice un guardia civil en ruta- Pues cuando a veces pasaban de veinte y había que agregar un coche a la expedición del día, teníamos que intervenir nosotros y hacer guardar turno, porque todos preferían hacer el viaje conducidos por Juanín, y no había modo de convencerlos para que se repartiesen. El, que se había dado, como particular, tantos zaparrazos, era, como chófer del correo, la seguridad en persona. No ha habido ni habrá otro.»

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