Si Fernando Jiménez descubrió el tesoro parroquial (Cornezuelo nº 5), Pepe Rueda no se quedó a la zaga, salvando de la destrucción por el trapero los libros de cuentas, actas y fundación del Patronato de Santiago y San Marcos, y así nos lo relata en este nº 11 de L'Aceña en el que también se recoge un reportaje sobre la entrega del Premio Ascua en Defensa del Patrimonio y la Cultura a Jerónimo Cotobal y donde, además, encontramos un articulo de Hilario Almeida sobre ermitas y ermitaños en el que nos da noticia de la existencia, en tiempos pasados, de una plaza de toros, un corral de comedias y una ermita dedicada al culto de Nuestra Señora de San Pelayo en el Alto que con ese mismo nombre se levanta en las inmediaciones de Alba y donde tenia lugar una popular romería que ya nos describió en otra de nuestras publicaciones (Cornezuelo nº 8).lunes, 12 de septiembre de 2011
L'Aceña nº 11
Si Fernando Jiménez descubrió el tesoro parroquial (Cornezuelo nº 5), Pepe Rueda no se quedó a la zaga, salvando de la destrucción por el trapero los libros de cuentas, actas y fundación del Patronato de Santiago y San Marcos, y así nos lo relata en este nº 11 de L'Aceña en el que también se recoge un reportaje sobre la entrega del Premio Ascua en Defensa del Patrimonio y la Cultura a Jerónimo Cotobal y donde, además, encontramos un articulo de Hilario Almeida sobre ermitas y ermitaños en el que nos da noticia de la existencia, en tiempos pasados, de una plaza de toros, un corral de comedias y una ermita dedicada al culto de Nuestra Señora de San Pelayo en el Alto que con ese mismo nombre se levanta en las inmediaciones de Alba y donde tenia lugar una popular romería que ya nos describió en otra de nuestras publicaciones (Cornezuelo nº 8).
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