lunes, 25 de noviembre de 2019

Baja de muros...


ALBA, SUS TORRES Y SU CARRO
José Luis Miñambres
En la foto de Alba, el universo, marcado por las eternas y bellas torres de siempre (San Juan, Las Madres, San Pedro, haciendo guardia humana y religiosa) acogen con pasión elementos dispersos, casi como la canción: tres eran tres, aquellas torrés…marcando el horizonte más alto y más lejano. Como contemplando y amparando la juventud de la Basílica, con su adorno  vegetal de tiernos árboles.
Por la orilla del río, aun sin plantas jóvenes ni juncos rebeldes, hacia el norte, hacia la muralla medieval, asiento del Espolón,  va un carro. Al carro se le intuye arrastrado por vacas, con carga pequeña e, incluso, con dos varas de tiro. No van a buen seguro camino de Amatos, si acaso al Pozo de la Nieve. Si fueran hacia Amatos, llevarían el carro de bueyes, bueyes rumbones…como dice la canción: eso sí que son signos de labradores. Y, antes de llegar a la carretera del Silo, pasarían cerca del Pozo de la Nieve, misterio para los niños de la posguerra. Entonces, todavía, seguro que guardaba en sus oscuras entrañas la imagen del invierno y de la nieve que, en la superficie se nos fue.

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