jueves, 7 de abril de 2016

Programa de fiestas 1997


A 1997 llegamos ya en la recuperación de antiguos programas de nuestras fiestas patronales de octubre. Releyendo el libro-programa de las correspondientes a aquel año –que desde hoy puede consultarse y/o descargarse en formato digital– encontramos, distribuidas entre sus páginas, una amplia y muy interesante colección de fotografías de la serie «Recuerdos de nuestro pasado» que, a buen seguro, será agradable rememorar para muchos de nuestros seguidores.

1 comentario:

  1. Buenas tardes, Gerardo Nieto:

    Me he dado un paseo por el programa, después del viaje en el tiempo que supone retroceder casi diecinueve años, para instalarse en aquel 1997.
    ¡Cuántas páginas (385)! Gracias a los anunciantes. Muy interesante las huellas del tiempo en las fotografías antiguas, sus páginas de historia; el Tormes, ¡cómo se embraveció en febrero del 36!(p.11 a 13)
    Y el escrito sincero junto al acróstico a su pueblo de Julita, desde Suiza, que es un canto al trabajo personal y a la superación. (p. 29)
    Y el pensamiento en voz alta del Ama de casa.
    Y los sueños de ese niño torero de 11 años, Alejandro Parralo.
    También lo relacionado con el deporte.
    Significativo el artículo del P. Buenaventura Prieto, y la devoción a Santa Teresa en Cuzco.
    El cuadro del gran artista José Gutiérrez Solana, pintor a quien dedicaré más de una entrada en mi blog. Se me ocurre, -con los datos de su biografía- que podía muy bien conocer a José Sánchez Rojas, desde su estancia para el aprendizaje de pintor en Salamanca o amigos comunes en las tertulias de Madrid.
    Y me ha encantado ver incluido el pregón de 1952, por Rufino Aguirre.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Las opiniones aquí reflejadas corresponden a los comentaristas y no representan, necesariamente, las del autor de Entre el Tormes y Butarque, quien se reserva el derecho a eliminar aquellos comentarios que considere inadecuados, bien por utilizar un lenguaje indecoroso, emplear descalificaciones personales, ser repetitivos o introducir argumentos al margen del tema de debate.

En caso de que no desee revelar su verdadera identidad se sugiere que utilice un alias o nombre ficticio, lo que agilizará el debate y permitirá identificar claramente la autoria de las opiniones que quieran ser rebatidas o corroboradas por otros comentaristas.