miércoles, 12 de diciembre de 2018

Alba de Tormes a comienzos del siglo XVIII (5)


ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DEL MUNICIPIO DE ALBA DE TORMES A COMIENZOS DEL SIGLO XVIII
Jesús Gómez Criado

I.- RELACIONES ENTRE EL MUNICIPIO DE ALBA Y LA MONARQUÍA. (Leer)
II.- RELACIONES ENTRE EL MUNICIPIO Y EL DUQUE DE ALBA. (Leer)
III.- CARGOS DEL GOBIERNO DEL  MUNICIPIO. (Leer)
IV.- LA COMUNIDAD DE VILLA Y TIERRA DE ALBA. (Leer)

V.- OFICIOS ADMINISTRATIVOS.
1.- Mayordomo de los bienes de propios o bienes propios y Depositario general de la Villa.
El cargo recaía en una persona del estado general y era nombrado por el Duque. Sin embargo, el Concejo tenía poder para remover al nombrado en el caso de incumplimiento de sus funciones y para nombrar interinamente a otro, como así ocurrió en alguna ocasión. A veces este oficio es ejercido por algún Regidor.
En el nombramiento hecho por el Duque se solía expresar que lo era “por el tiempo de mi voluntad”, pero no solían durar muchos años en el cargo.
La toma de posesión se realizaba ante el Ayuntamiento, tomando juramento el Corregidor. Se le entregan los bienes de la Villa y las hojas de sus rentas, así como “otros efectos y derechos de su pertenencia”. Tiene que presentar fianza.
El cargo tiene salarios, derechos y emolumentos y se le guardan las honras, exenciones y libertades propias de su oficio.
Realiza numerosas funciones:
· Es el administrador económico del Concejo. Cobra las rentas de los bienes de la Villa, en dinero o en granos. Entrega los tributos que cobra. Vende los granos y presenta anualmente las cuentas de su gestión.
·  Desahuciar a los renteros de dichos bienes.
·  Es el administrador de la “jabata” (una fundación).
· Forma parte de algunas comisiones: para buscar un préstamo en Salamanca con el pagar algunos tributos; para prohibir la venta de granos, etc.

2.- Contador de los bienes de propios y de la Alhóndiga.
Era nombrado por el Ayuntamiento y su duración era “por el tiempo de la voluntad de esta Villa”. En los veinte primeros años del siglo XVIII se renuevan los cargos sólo por muerte de su antiguo titular (¿es una casualidad que en tan pocos años murieran tres contadores o es que el oficio recaía en personas de mucha edad?).
Recibía un salario de 150 reales de vellón por la contaduría de la Alhóndiga y 44 por la contaduría de los bienes de propios.
Sus funciones consistían en llevar la contabilidad de la Alhóndiga y de los bienes propios de la Villa y Tierra, así como recibir las cuentas que le entregaba el Depositario del pan de tandas.

3.- Fieles.
Para su nombramiento, el Concejo propone a dos personas por el estado noble y a otras dos por el estado general. El Duque nombra un Fiel por cada estado de entre los dos propuestos. En una ocasión el Duque rechazó la propuesta por el estado noble, alegando que dicho oficio de Fiel era incompatible con el de Regidor. Ante ese rechazo, se comisiona al Procurador General para que se informe en Salamanca sobre dicha incompatibilidad. La respuesta por parte de catedráticos de la Universidad se plasma en un informe muy fundamentado en antecedentes históricos. Al final se resuelve el conflicto realizando una nueva propuesta por el estado noble.
El Procurador General protestaba todos los años al hacerse la proposición a fin de que los propuestos por el estado noble fueran de “reconocido linaje nobiliario” y de esta manera “los que adquieran la propiedad o posesión de la nobleza no les competa a ellos ni a sus ascendientes”.
La posesión se realizaba ante el Ayuntamiento. Les tomaba juramento el Corregidor y se les entregaban los “marcos y potes de su oficio”.
La duración del oficio era anual. La propuesta se hacía al comienzo de cada año. El nombramiento por parte del Duque tardaba pocas semanas en llegar. En 1718 murió en febrero el Fiel nombrado por el estado general. El Concejo propone al Duque que nombre a otro y así lo hace.
En cuanto a las retribuciones, “se les reconocen los honores, salarios, franquezas y prerrogativas que les competen por fuero, estilo y derecho”.
Las funciones que realizan los Fieles no constan en los libros de actas, si bien en una ocasión se les encomiendan la vigilancia de que no se venda o adquiera vino secretamente ni por medida menor, así como que “no permitan que ningún cosechero eche a vender su vino sin que primero les conste por cédula del Sr. Diputado de Millones haber hecho prenda”.

4.- Oficiales menores.
Hay que distinguir entre los oficios que eran renovables cada año, que eran elegidos por el Ayuntamiento al comienzo de cada año, y los oficios sin tiempo determinado.
a) Oficios renovables cada año:
  - Depositario del papel sellado.
Generalmente es elegido para este oficio un mercader; alguna vez, un zapatero o mesonero.
Al tomar posesión ante el Ayuntamiento, se le entregaba el papel sellado y, al final del año, debía devolver lo sobrante y las cuentas del papel vendido. Se obligaba a ello con su persona y bienes presentes y futuros.
  - Contraste de medidas:
Para este oficio era elegido siempre un carpintero, puesto que se trataba de medidas de madera.
  - Contraste de pesas:
El oficio lo tenía asignado, podríamos decir que de forma vitalicia, un cerrajero, dada “su extrema pobreza”. Cuando este cerrajero no pudo ya ejercerlo, se nombraba a un herrero o a un cerrajero. Eran pesas metálicas.
  - Mayordomo de la Alhóndiga, o Alhondiguero, y receptor de bulas:
Aunque era elegido al comienzo de cada año, no tomaba posesión hasta el día de San Juan (comienzos del verano), durando su cargo hasta San Juan del año siguiente. Posteriormente se retrasó la fecha a San Miguel (comienzos del otoño), hasta San Miguel del año siguiente.
Sus funciones eran las de cobrar los caudales de granos de la Alhóndiga y el padrón de las bulas. En 1713 se le asignó, lo mismo que al alhondiguero menor, un salario fijo de 400 reales al año.
  - Herreteador (el que marca o señala con un instrumento de hierro):
Este oficio, para el que se elegía a un zapatero, solamente existe en las actas de los dos primeros años del siglo XVIII, después no se vuelve a hablar de él.
  - Tasadores de alcabalas:
Eran nombrados anualmente, uno por el estado noble y cuatro por el general, para tasar y repartir las alcabalas del año precedente. También asistía al reparto un Regidor (alternando cada año por su turno) en representación del Ayuntamiento.
Todos estos oficios tenían sus correspondientes salarios y franquezas.
b) Oficios sin tiempo determinado:
  - Encargado de asistir al romano de las carnicerías:
Al elegido, “persona de fidelidad, aptitud e inteligencia”, se le entregaban las llaves y papeles correspondientes a dicho oficio. En 1711 tenía una asignación de 400 reales al año.
  - Depositario del pan de tandas:
Cuando existía escasez de pan y el pueblo se quejaba de su falta, el Ayuntamiento sacaba trigo de la Alhóndiga y se lo entregaba a “ocho o diez panaderos” para que vendiesen el pan en la Plaza o en otros lugares públicos. De esta manera, los vecinos y, sobre todo, los forasteros se abastecían de pan “para que tengan hasta el primer tránsito”. En 1709 se acordó  sacar trigo de la Alhóndiga y “se ponga en el pósito para cocer pan para los forasteros en la próxima feria, dada la mucha concurrencia de forasteros”.
El depositario del pan de tandas era el encargado de recoger el pan que sobrase, así como el dinero que se obtenía diariamente de su venta, “con el cual se ha de ir reemplazando de los vecinos que salieren a vender sus granos en esta villa y otras partes no solo lo que se sacare para dichas tandas y surtimiento público, sino todo el demás que se ofreciere para que por esta razón no pueda faltar tan preciso e inexcusable abasto”.
  - Porteros del Ayuntamiento:
Eran varios, posiblemente tres. El Ayuntamiento elegía de entre los candidatos al que creía conveniente “usando de la facultad, poder y regalía que toca a este villa”. En una ocasión, tras el fallecimiento de un portero,  la elección de otro portero por el Ayuntamiento, de entre varios pretendientes, “por la experiencia y buenas condiciones que en él concurren”, es protestada por los tres sexmeros, amenazando con deducirlo en caso necesario en juicio, porque el elegido ya ejercía el cargo de Alguacil de la sal. El Concejo no atiende la protesta.
Tomaba posesión ante el Ayuntamiento, prestaba juramento y se le entregaba una vara, insignia de la justicia.
En cuanto a la duración del cargo, “lo ejercerá por el tiempo de la voluntad de este Ayuntamiento”. Sabemos de uno que se despidió él mismo y de otro que fue despedido “por justos motivos y causas que para ello concurren, cuya expresión se omite. Por lo cual se mandó se le haga saber y notifique arrime la vara e insignia de justicia y que se le aperciba de ella no use pública ni secretamente, pena de ser por todo rigor castigado”.
Las funciones que realizaban eran muy variadas: “Ejercerá solicitando por todos los medios posibles cumplir con la obligación que le incumbe en todos los casos y cosas que ocurrieren y se le encomienden así tocantes a la administración de justicia como en las que tocaren a este Ayuntamiento, sus propios y rentas particulares, asistencias y demás que le correspondieren por fuero o por costumbre y que observará y guardará inviolable secreto en todos aquellos casos y materias en que se necesite o le fuere encargado”.
Por ejemplo, se les encargan varios trabajos o comisiones, como llevar a Salamanca el dinero de un préstamo, la venta de harinas en reserva, la vigilancia de la entrada de vino de fuera, … Por todas estas comisiones obtienen algunos ingresos dinerarios.
Son los encargados de realizar todas las notificaciones a particulares.
  - Pregonero del Ayuntamiento:
Desde el balcón del Ayuntamiento y en otros lugares de mucha concurrencia de público, pregona las Órdenes reales y los ajustes de los diversos abastos.
A veces se le encomiendan algunos otros trabajos, como limpiar la Plaza después del mercado, por lo que recibía 10 reales cada vez que realizaba la limpieza.
  - Estafeta:
Era elegido por el Ayuntamiento de entre los pretendientes al cargo. Se le exigía tener las siguientes cualidades: “ser persona de gran confidencia, de gran integridad y fidelidad segura y abonada”.
Tomaba posesión prestando juramento y fianza. Sus funciones consistían en llevar la correspondencia de la Villa a Salamanca.

Poximamente
VI.- OFICIOS RELACIONADOS CON LA AUDIENCIA.

1 comentario:

  1. La limpieza post-mercado transforma la plaza. Tras el bullicio y color, emerge la calma. Un ritual que restaura el encanto del lugar, borrando huellas y dejando espacio para nuevas historias.

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