viernes, 14 de marzo de 2008

8.- Toque a reloj suelto

Documento 2
Archivo Histórico Nacional. Depósito de la Guerra.









Reproducción mecanográfica de los manuscritos detallados en Documento 2.

1812 Noviembre ______________________________ Confidencias


Apunte sobre un pequeño encuentro en las inmediaciones de Alba de Tormes. Como el escrito es anónimo y esta por concluir, puede considerarse de poca importancia.

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Extracto de los únicos antecedentes hallados sobre una pequeña acción en Alba de Tormes.

En 6 de noviembre de 1812, el General Ingles Hill llegó a Arévalo y se puso en comunicación con Wellington que le mandó para Fontiveros por Alba de Tormes.

Aparejados ya los puentes de Tordesillas y Toro por el enemigo, se colocó Wellington el día 8 de noviembre en las posiciones que antes había ocupado sobre Salamanca. El General Hill pasó entre tanto el Tormes por Alba y guarneció el castillo.
Detenidos los franceses en otras cosas no molestaron estas marchas de los aliados. Los franceses contaban 80.000 infantes y 12.000 caballos. El Ejército aliado 48.000 infantes y 5.000 caballos, además de 18.000 españoles, las guerrillas y las gentes de Extremadura que venían con Hill.
Comenzaron los franceses a manifestar el ataque a los aliados el 9, pero no hubo pelea importante hasta el 14 en que vadearon los franceses el Tormes por 3 puntos dos leguas por encima de Alba. Quiso Wellington estorbar el paso por aquel río pero por ser tarde y estar fuerte el enemigo en sus posiciones, se retiró aquella tarde destruyendo los puentes del Tormes y dejando en el castillo de Alba una guarnición española de 300 hombres.
En 15 siguió marchando Wellington y el 16 en un bosque junto a Tamames hubo un desconcierto entre ingleses y españoles. Se introdujo un cuerpo de caballería francés haciendo prisionero al General ingles Paget
Siguió Wellington su marcha hacia Portugal con ligero cañoneo.
Entretanto el Gobernador de Alba de Tormes continuaba sustentando el pueblo hasta el día 24 de noviembre que lo abandonó.

Documento 3
Archivo Histórico Nacional. Depósito de la Guerra.









Reproducción mecanográfica de los manuscritos detallados en Documento 3.

1812 Noviembre _______________________________Operaciones
46
5º y 6º Ejércitos ________________________________ Salamanca
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Movimientos de nuestras tropas y las enemigas en las inmediaciones de Alba de Tormes.
Nada notable contienen.
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14 Noviembre
E.M.G. ____ 156 ____2ª División _______________ Noticias
El Jefe del Estado Mayor del 5º y 6º desde Salamanca con fecha 14 del pasado
Da parte de que habiendo pasado el Tormes por muy arriba de Alba una fuerza considerable de caballería enemiga dispuso el Duque de Ciudad Rodrigo se replegasen las tropas que estaban en Moriscos

Cádiz 12 de diciembre de 1812
Los 5.500 hombres del 6º ejército fueron a recibir vestuario a Ledesma. Le han tomado y regresado.
El Teniente Coronel Miranda, con 300 hombres, ha quedado en el fuerte de Alba, para sostenerle, por disposición del Sr. Duque.
Las tropas enemigas, pasando por el frente de la derecha de la nuestra, han desocupado los pueblos de la izquierda.
Madrid fue evacuado por los enemigos y ocupado por Palarca.


Documento 4
Archivo Histórico Nacional. Depósito de la Guerra.











Reproducción mecanográfica de los manuscritos detallados en Documento 4.

1812 Nov ______________________________________ Sitios
21
6º legajo _____________________________________ Castilla


Copias (sin autorización) de los documentos concernientes a la defensa y evacuación del castillo de Alba de Tormes.
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Copias de los documentos concernientes a la defensa y evacuación del Castillo de Alba de Tormes en noviembre de 1812.
Castillo de Alba de Tormes y documentos concernientes a la guarnición extractados de los originales que obran en este archivo.

En un oficio del Parte que da el Mariscal de campo D. Pedro Agustín Girón, Jefe del Estado Mayor de los Ejércitos 5º, 6º y 7º, con fecha 11 de noviembre de 1812, dice entre otras cosas, a el 1er Jefe del Estado Mayor General Sr. General Jefe del Estado Mayor de los Ejércitos Nacionales.
Los enemigos han hecho varios reconocimientos y ayer tarde atacaron el pueblo de Alba de Tormes, mas fueron rechazados.

El mismo General Girón a el indicado Sr. 1er Jefe del Estado Mayor General de los Ejércitos Nacionales desde Ciudad Rodrigo, con fecha 21 de noviembre de 1812, entre otras cosas dice. 2º
Adjunto tengo el honor de remitir a V.S. copia del parte que me ha dirigido el teniente coronel D. José de Miranda, primer sargento mayor del batallón de Monterrey, comandante del castillo de Alba de Tormes. V.S. verá por él que no me equivoque en la elección de este oficial que por su serenidad y firmeza es digno de toda consideración y acreedor a las bondades de S.A.S. la Regencia del Reino. Estoy en el mayor deseo de saber cual haya podido ser la suerte definitiva de este oficial y de los valientes que están a sus órdenes.

Copia del parte de D. José de Miranda, Comandante del castillo de Alba. 3
Ayer a las 11 del día, por haber indicado su movimiento los enemigos en la noche anterior pasando por los vados alguna parte de sus fuerzas, las tropas aliadas lo hicieron dejando volado el puente, por cuya razón los enemigos siguieron su movimiento por donde lo hicieron sus primeras tropas; cuyas fuerzas gradúo de 12 a 15 mil infantes y 1.600 a 1.800 caballos con tres piezas. Su grande ostentación de carros, bagajes y ganado harán creer asciende a 50 mil hombres. La caballería y mitad de su infantería pasaron el río en la tarde de ayer, y los demás quedaron en estas inmediaciones. Como a las dos de la tarde me mandaron un parlamento intimándome a la rendición, como se da muestra luego con la contestación. El fuego general duro desde las 11 hasta las 8 de la noche con el mayor tesón por las tropas de mi mando, y no menos por las del enemigo, habiendo tenido estos una perdida de consideración; por mi parte solo he tenido un granadero muerto. En toda la noche cesó el tiroteo, y las tropas enemigas rompieron su marcha muy de madrugada. Como el convoy que conducen es cuadruplicado a su ejercito y este lo llevan sostenido por partidas de caballería e infantería, mi corto cuerpo de 300 hombres hubiera hecho grandes progresos si todo el hubiere operado en campo raso, pero la debilidad de este palacio, su grande extensión que para cubrir necesita 1500 hombres, con las ordenes que tengo para su conservación, me ha impedido el poderlo hacer, pero he dispuesto salgan algunas partidas de mis valientes oficiales y granaderos quienes a esta hora me han presentado sobre 60 prisioneros de todas armas, dos hermosos bueyes y varios pollinos cargados de víveres, dos cajas de guerra, concluyendo diciendo el entusiasmo y decisión de su valiente guarnición. José de Miranda. Es copia. Girón

Parte que da el Mariscal de campo D. Pedro Agustín Girón Jefe del Estado Mayor General de los Ejércitos Nacionales, con fecha 18 de diciembre de 1812, desde Sevilla
Adjunto tengo el honor de dirigir a V.S. copias de los partes que recibo hoy del teniente coronel José de Miranda, comandante que fue del castillo de Alba de Tormes, y S.A.S. la Regencia del Reino tendrá la satisfacción de saber por ellos la conducta distinguida de este sobresaliente Jefe, que en medio de todo el grande ejercito francés ha sabido salvar su bizarra guarnición y la conduce, cubierta de gloria, a las filas del Ejercito de que salió.
Aunque S.A. no necesitará de mis recomendaciones para premiar el merito tan patente de este Jefe y de estas tropas, la circunstancia de haber sido elegido por mi me pone en el caso de interesarme muy particularmente por ellos y pedir a V.S. que llame la atención de S.A. sobre las circunstancias del servicio que acaban de hacer el digno Miranda y sus valientes, y sobre la necesidad de adelantar rápidamente a un Jefe anteriormente muy acreditado, y que en esta difícil ocasión ha dado una tan alta prueba de su aptitud para el mando.

Copia del parte de D. José de Miranda.
Pongo en noticia de V.S., y para que se sirva hacerlo a los Excmos. Señores Duque de Ciudad Rodrigo y nuestro General en Jefe, como anoche a las once de la noche me abrí paso por entre los enemigos, sacando la guarnición que tenia en el castillo y dejando un oficial con un sargento y diez y ocho hombres con él para custodia de los enfermos y de los prisioneros que tenia hechos. La perdida que he tenido ha sido muy corta, y luego que tenga lugar daré a V.S. el parte más circunstanciado, pues a la hora esta, que son las siete de la mañana, me veo circundado por los enemigos. José de Miranda. Es copia. Girón.

Idem. Otro del mismo.
No se si habrá llegado a manos de V.S. los partes que dirigí con fecha 16 indicado lo ocurrido después de la retirada de las tropas que se hallaban en Alba de Tormes a las ordenes del Teniente General Jakak. Desde aquel instante, aunque de paso, ocupo el pueblo y campo todo el ejército enemigo. Me remitieron un parlamento para que entregase el fuerte que estaba a mi cargo, cuyo contenido notará V.S. número 1º y a continuación mi contestación. Sus ideas eran las de facilitar el puente, que se había cortado. Para ello hicieron varios reconocimientos que les salió bien caro. Los días 15 y 16 tuve libre, aunque el segundo se me presentaron por la tarde como unos 300 Dragones con nueva intimación demostrada al nº 2. Enseguida una brigada cuyo jefe repito el 3º y por último otro al mando del General Sarrad, quien me pasó la cuarta petición con las demás contestaciones que siguen. Este no se demoró el circunvalar mi posición colocando 23 puestos avanzados desde la orilla del río hasta las alturas del pueblo de Alba, trazando la línea de estas con el convento y como punto central, colocando en él de 500 a 600 hombres de infantería con alguna caballería; a retaguardia del pueblo un batallón y lo demás de la fuerza, en el cuartel general dentro de él. Ocuparon las torres y demás edificios altos con objeto de descubrir a mis valientes soldados que como fieras se defendían tras de sus parapetos y fuera de ellos para buscar al enemigo que andaba por las calles; continuando así hasta el día 24 sin perdonar fatiga alguna, cuya noche les di la orden de estar prontos para salir a atacar al enemigo, previniendo a D. Nicolás Solar, teniente de granaderos voluntarios del Ribero, que con un sargento, dos cabos y 18 hombres debía cubrir los puntos principales del fuerte, siguiendo los fuegos algo más vivos de lo que se acostumbraba, encargándole también los 33 enfermos de la guarnición y los 112 prisioneros hechos en varias salidas, entregándole un pliego para el General francés Sarrad que debería dárselo siempre que yo no volviera al castillo y él se viese en la precisión de entregarse. Municioné a la tropa a 60 cartuchos y los sobrantes se inutilizaron; enseguida abrí un portillo y formada mi guarnición en masa con la bayoneta armada, previniendo a mis soldados despreciasen el fuego de los enemigos por los flancos, colocándome a la cabeza, emprendí la marcha a paso redoblado con tanta suerte que en breve arrollé todos los obstáculos, y los enemigos puestos en el mayor desorden, sin servirles de nada los toques y señales de alarma que hacían, y solo se les oían las voces “los Españoles se van a la bayoneta”, indicando sus fuegos más y más el desorden en que estaban. A la legua empecé a apostar partidas en escalera por si trataban de seguirme, mas nada tuvieron que hacer. A el hacer día, llegando al lugar de Carpio, se me avisó por la justicia se hallaban a media legua 600 caballos enemigos por lo que me fue preciso emboscarme en Garcigrande donde pasé el día haciendo exploraciones hasta las 3 de la tarde que se presentaron a reconocerme 30 caballos a tiro de fusil, pero sin dar lugar a ello, rompiendo marcha maquinal, que sostuve hasta después de oscurecido, a cuya hora cambié el rumbo con resolución de tomar las barcas de la Romana a toda costa, o bien las de la Aceña, pero habiendo sabido no había barca alguna por haberlas destruido el enemigo, viendo frustrada mi esperanza, contramarché para salir por algún claro, mas como las fuerzas enemigas eran muchas no pude conseguirlo, por lo que anduve entre sus grandes guardias y avanzadas los días 25, 26 y 27 hasta el 28, que habiendo hecho los enemigos movimiento en Peñaranda y demás de la línea, aprovechándome de él, salí del circulo por medio de una marcha rápida de noche, tomé el puerto del Pico que se me avisó lo tenían descubierto.
Omito manifestar a V.S. cual ha sido la conducta de mis oficiales y soldados, pues todos se han esmerado en demostrar su heroísmo desde el día que entraron en el titulado fuerte de Alba, que no es más que las ruinas de un Palacio, observándose que con las aguas se desplomaban las paredes, su recinto era desproporcionado para la pequeña fuerza de 300 hombres que tenia en la guarnición, los que permanecieron en los mismos puntos sin relevo ni otro descanso que el cambio de soltar el fusil para tomar la pala o el pico, mas con todo sus semblantes me anunciaba la confianza que podía tener y el gusto con que sufrían la suerte que les imponía su deber. Durante el bloqueo solo tuve un granadero de Monterrey muerto, y un sargento de voluntarios del Ribeiro herido; y el soldado portugués Manuel Gonzalez, del regimiento nº 2 que cuando quiso seguir su cuerpo, ya el puente estaba volado, y despreciando el fuego de los enemigos se refugió en el castillo. En la salida solo tuve 13 o 14 muertos o heridos que por mi rápida marcha tuve el dolor de dejarlos en el campo. La del enemigo no me es fácil expresarla, pero los campos de Alba y calles de este pueblo presentan varios cadáveres y sangre vertida de heridos y según noticias tengo, lo fueron algunos Jefes y oficiales. El Rey intruso que pasó con su Ejército tubo que separarse a alguna distancia del camino y de sus soldados pagaron algunos con la vida. José de Miranda. Es copia. Girón.


Copia de los contenidos de los parlamentos remitidos durante el tiempo que mandó el castillo de Alba de Tormes D. José Miranda, y las contestaciones dadas a ellos.
Parlamento 1º
Señor comandante del fuerte. Los ingleses acaban de abandonar a Vd. y no puede dudar ya de que le han sacrificado. El General en Jefe del Ejército Imperial de Portugal intima a Vd. entregue inmediatamente el fuerte que manda. De este modo puede Vd. contar con su generosidad, y no lo haciendo debe Vd. esperar ser tratado con el mayor rigor. Alba de Tormes 14 de noviembre de 1812. Por orden del General en Jefe. El ayudante comandante. Leseur.
Contestación
Señor Ayudante comandante. Sírvase Vd., decir a su General en Jefe que la suerte que me cabe es la más lisonjera a un militar, que tengo una brillante guarnición con todos los requisitos para llenar mi deber, así que él haga el suyo. Castillo de Alba de Tormes 14 de noviembre de 1812. José de Miranda.
Parlamento 2º
De el campo de Amatos, 19 de noviembre de 1812. Jobert, comandante en Jefe de las tropas que componen dicho cuerpo, al Sr. Comandante del fuerte de Alba de Tormes. Señor comandante. Tengo el honor de prevenir a Vd. soy encargado de parte de S.M.C. el Rey de España para intimar a Vd. entregue el castillo que ocupa y de entregarse Vd. y la guarnición prisionera de guerra. Os aviso que la artillería e infantería van a llegar y que por lo consiguiente si quiere Vd. capitular conmigo no podré ser más que en su favor. Jobert. P.D. Sobre vuestra respuesta que daré parte a S.M.
Contestación
Señor comandante de las tropas del campo de Amatos. No me es dable acceder a su proposición pues soy militar que me intereso por el honor de mis oficiales y soldados quienes resueltamente desean, con su Jefe, llenar el deber que les compete. Para ello tienen todos los enseres necesarios y son tropas disciplinadas habituadas a oír el eco del cañón y a batirse entre los primeros soldados. Estas reflexiones hacen a Vd. ver que del fuerte será poseedor el que decida la suerte. Es de Vd. su afecto servidor.
Castillo de Alba de Tormes 19 de noviembre de 1812. Jose de Miranda.
Parlamento 3º
Señor comandante: Vengo mandando una División francesa y le intimo a Vd. en nombre de mi General en Jefe de salir del mal reducto a donde Vd. se obstina de hacer resistencia.
Le doy a Vd. una hora para decidirse. Espero vuestra respuesta. Tiemble Vd. si es negativa. El General Barón Antsenak. Alba de Tormes 19 de noviembre de 1812.
Contestación
Señor General. Déjese de contestaciones y haga su deber que yo haré el mió. Muchos prisioneros a quienes he dado el mejor trato serían victimas de cualquier atentado que Vd. hiciese cuando la suerte de las armas le favoreciese más que a mí. Dios guarde a Vd. muchos años. Castillo de Alba 19 de noviembre de 1812. José de Miranda
Parlamento 4º
Sr. Comandante. He llegado con la última Brigada de la División que mando. He sabido que el comandante de caballería y el General de Brigada Antsenak, han escrito a Vd. para intimarle a entregar el castillo de Alba a las tropas imperiales. Ignoro cual era el contenido de las cartas de aquellos dos oficiales, pero vuestras respuestas me fueron entregadas. Ellas me persuaden, señor comandante, que Vd. ignora el estado presente del Ejercito Ingles y de sus aliados. Ya no debe Vd. esperar más auxilios, su retirada precipitada más allá del Agueda, las perdidas que ya recibieron, deben privar a Vd. de todas esperanzas. En este estado de cosas, sin dudar sobre los modos de resistencia que tiene Vd. y los que tengo contra Vd., le suplico a Vd. piense bien en el estado en que se halla. Si Vd. toma a bien, señor comandante, de enviar a uno de vuestros oficiales, hablaremos sobre la posición respectiva de los dos ejércitos, o si Vd. desea enviar alguno a Salamanca para informarse positivamente del estado actual de las cosas, me ofrezco a dar a Vd., señor comandante, todas las seguridades y escoltas que Vd. pueda desear. Le ruego a Vd., señor comandante, de recibir las vivas expresiones de mi estimación y perfecta consideración. El General de División. Sarrad. P.D. Un músico de nuestro ejército se me ha presentado y me ha dicho que Vd. le dio libertad a él y a su hijo. Me ha dicho además que muchos más militares franceses caídos en vuestro poder eran también tratados como sus situaciones pueden permitir. Le ofrezco por eso, señor comandante, todas las expresiones de mi agradecimiento. Alba 19 de noviembre al anochecer de 1812.
Contestación
Señor General. Es constante haber recibido dos escritos del comandante de caballería y del General de Brigada Antsenak. Uno y otro me piden el castillo, mas el segundo, ignorando la entereza de mi carácter, indica en su última expresión de que “tiemble si me niego a ello”. Ahora recibo la favorecida de V.S. y desentendiéndome de cuanto impone la carrera militar en el caso en que me hallo, sería seguir el orden ordinario valiéndome de un seco modo de contestar a su relato merecedor de la mas graciosa y suave contestación y así paso a hacerle las más verdaderas reflexiones para comunicarle de que por todos medios estoy en el caso de llenar mi deber. ¿Como podré desentenderme de la educación militar recibida desde mi juventud, y en la época de 19 años, siempre en ellos con alguna opinión, rindiendo un fuerte que es accesible a la mayor defensa, tanto que siempre tendrá en dudas al sitiador y mucho más conservando intacta una brillante guarnición de oficiales y soldados, será posible, señor General, acceda yo a rendir el fuerte sin antes sufrir centenares de asaltos? No creo que V.S. me pida el fuerte por el estilo que indica sino es por el deber que le impone su enemigo como a mí el mío, y no por interés de recompensar mi gratitud por lo benéfico que soy a la humanidad, pues solo hago servicios por ella cuando no son en detrimento de la conducta militar. Tales han sido los del músico y su hijo, un cantinero y los enfermos que remití sin dilación al hospital. No dudo dejen de ser ciertas las noticias que me da del Ejercito de que dependo, aunque anoche mismo he recibido pliegos que me anuncian no concluida mi independencia, y así pido a V.S. me ataque si gusta y quedara convencido de que el fuerte de mi mando no es posible tomarlo a la fuerza, sino después de un par de meses de sitio; que en este caso ya varían las circunstancias. Por último, señor General, mi deber he de llenarlo y nada vence a mi honor militar. Repito a V.S. que me ataque siempre que guste y si tuviese más suerte en sus armas que yo en las mías, con gusto sufriré lo que me toque. Lo único a que me resuelvo es a acceder conservemos treguas al termino de 8 días. Yo no permitiré adelantar mis obras ni V.S. el que se facilite el puente, y concluidos estos trataremos del particular. Me ofrezco con toda voluntad a las órdenes de V.S. reiterándole el afecto propio de su más apasionado menor S.S.Q.S.M.B. Castillo de Alba de Tormes 19 de noviembre de 1812, a las siete y media de la noche. José de Miranda.
Parlamento 5º
Alba de Tormes, 19 de noviembre de 1812 a las nueve y media de la noche. Señor comandante: El oficial que me envía Vd. me ha entregado la carta que me hizo Vd. el honor de mandarme. La supongo venida de vuestra parte porque responde a la que yo le mandé a Vd., mas por distracción, sin duda, se le olvidó firmarla. No tome Vd. a mal si no me extiendo sobre su contenido y si me paro a decir a Vd. que las noticias que puede haber recibido ayer noche no destruyen lo que yo tuve el honor de decirle sobre el estado actual de vuestro ejercito. Yo le he propuesto a Vd. modos para convencerse. 31 años de vida militar me han enseñado también lo que un soldado debe a su honor, mas en las circunstancias que Vd. se encuentra pienso ha hecho bastante por uno y por otro. Al fin, señor comandante, dejaremos nuestras comunicaciones hasta que otras circunstancias nos las hagan volver a tomar. Os ruego de agradecer, señor comandante, las nuevas pruebas de mi consideración. El General de División. Sarrad.


Señor General: Las reglas de toda guerra deben seguirse en todas sus partes, así es que emprendo la salida con mi guarnición. Si las fuerzas de V.S. me encontrasen siendo compatibles nos batiremos en campo raso. Dejo un Oficial para que entregue a Vd. el castillo con los enseres que encierra, particularmente los prisioneros a quienes he mirado con toda mi consideración y omito suplicar a V.S. tenga la suya con el oficial, enfermos y demás individuos que quedan para su cuidado. Supongo que sus escritos han hecho verme la generosidad de su corazón. Dios guarde a V.S. muchos años. Castillo de Alba de Tormes 24 de noviembre a las 10 de la noche de 1812. José de Miranda. Hoyo 30 de noviembre de 1812. José de Miranda. Es copia conforme. Girón.

Orden General del Ejército de 28 de diciembre de 1812 en Lugo.
El benemérito teniente coronel José de Miranda primer Sargento mayor del regimiento de Monterrey, que con la compañía de Granaderos y Cazadores de su cuerpo y la de voluntarios del Ribero defendió heroicamente el castillo de Alba, ha tenido la gloria de haber llegado con ellas a Orense abriéndose paso por medio de los enemigos y superando las dificultades que ofrece una marcha de 130 leguas en la estación actual.
Luego que se sepa el pormenor de este acontecimiento que tanta honra hace al que lo ha conducido como a los que lo han ejecutado, se hará saber al Ejercito, al cual no quiere el Excmo. Sr. comandante general retardar tan grata nueva, para que no se ignore que están salvos y cubiertos de gloria sus compañeros de armas, sobre cuya suerte tenia fijada la memoria.
S.E. se propone determinar la pompa y honores militares con que han de ser recibidos por todos los batallones unos soldados tan dignos del 6º Ejército.

Otra Idem. del 30 de diciembre del mismo en Lugo.
A consecuencia de lo que se sirvió disponer el Excmo. Sr. Capitán General en Jefe acerca de las formalidades y honores militares con que debía recibirse cuando se incorporase al Ejército el teniente coronel D. José Miranda y tropa que tan gloriosamente defendieron el castillo de Alba de Tormes, ha acordado S.E. el Excmo. Sr. Comandante General interino del Ejército, que la segunda sección de la 3ª División que se halla en Orense proceda a efectuar esta honrosa y singular distinción, verificando con la solemnidad y forma siguiente.
Convenidos entre el Sr. Comandante general de la sección y el teniente coronel D. José Miranda, el día hora y paraje mas propio par la formación, se hallaran en él los cuerpos de la sección y compañías del mando de dicho Jefe, distando unos de otros 1500 pasos próximamente. Formando la sección en batalla, con banderas desplegadas, pasará al orden de parada presentando seguidamente las armas. Al ejecutar este movimiento emprenderán las compañías la marcha, tambor batiente, en columna por mitades, y al paso redoblado dirigiéndose en esta forma a pasar por delante de la batalla a cuyo tiempo la saludarán todos los cuerpos con tres aclamaciones diciendo “Vivan los defensores de Alba. Vivan los valientes del 6º Ejercito”.
Alejadas algún tanto las compañías de la batalla pondrán, sobre la marcha, armas a discreción y desfilando por la derecha se regresarán a su cuartel ejecutando lo mismo la sección después de volver al orden de batalla

El Sr. Ministro de la Guerra al General Girón
Por el oficio del 15 del actual que V.S. ha remitido desde Sevilla se ha impuesto la Regencia del Reino de la particular conducta y distinguido merito del teniente coronel D. José de Miranda, durante su comandancia en el castillo de Alba de Tormes, y satisfecha S.A. del valor, la intrepidez y conocimientos militares de este sobresaliente Jefe me ha prevenido avise a V.S. es su voluntad se le den al dicho Miranda las más expresivas gracias, manifestándole al mismo tiempo la alta consideración que merecen a S.A. su proceder y bizarría. Dígolo a V.S. de orden de S.A. en contestación, y para que avisando al General en Jefe tenga efecto esta superior resolución. Dios guarde a V.S. muchos años. 22 de diciembre de 1812. Sr. Girón.

El mismo Ministro al Inspector General de Infantería.
La Regencia del Reino me manda diga a V.S. que me informe, a la mayor brevedad posible, si el teniente coronel D. Jose Miranda, primer sargento mayor del batallón de Monterrey, ha obtenido el empleo de comandante y en este caso si ha sido promovido por su antigüedad o en compensa del mérito que contrajo durante su comandancia en el castillo de Alba de Tormes. Todo lo que pongo en conocimiento de V.S. de orden de S.A. para su inteligencia y cumplimiento. Dios guarde a V.S. muchos años. Cádiz 17 de enero de 1813

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En 2 de octubre de 1821
Se mandó a la Asamblea de la Orden Nacional de San Fernando copias a la letra de todos los documentos y además se copiaron las Ordenes Generales del Ejército que con motivo de haberse salvado la guarnición de Alba de Tormes dio el General en Jefe del 6º Ejército en Lugo.

2 comentarios:

  1. El Teniente Coronel Jose Miranda Cabezón, más tarde Mariscal de Campo, y caballero gran cruz de la real orden de San Hermenegildo, está enterrado en su panteón, en el cementerio de San Francisco de la ciudad de Ourense - Galicia - España.

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  2. Gracias por su visita y por su aportación.
    Cualquier otra información complmentaria que pueda facilitarnos sera bien recibida.

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